¿Alimentos fermentados o probióticos? Semejanzas, diferencias y su efecto en la microbiota intestinal

No todos los alimentos fermentados son probióticos, ni todos los probióticos son alimentos fermentados

Los alimentos o bebidas fementadas como el yogurt, el chocolate, la masa madre, el vino o la cerveza, son alimentos que han sido transformados gracias al crecimiento controlado de microorganismos tales como bacterias, levadura e incluso ciertos mohos. La capacidad para preservar los alimentos y producir nuevos sabores y texturas únicas ha sido lo que seguramente ha impulsado a la humanidad desde hace mucho tiempo al consumo de los mismos como parte importante de nuestra dieta.

Aunque gastronómicamente hablando esas razones tengan su peso específico, la verdadera ventaja para el ser humano es el efecto beneficioso que producen en nuestra salud intestinal: los alimentos fermentados ayudan a crear y mantener una microbiota intestinal diversa, consistente en diferentes tipos de microorganismos que producen miles de compuestos beneficiosos y poderosos, coexistiendo armoniosamente en el hábitat del intestino anfitrión.

Probiotic Bacterial Colonies from dietary supplements. (Wikipedia Commoms)

Una primera clasificación de los alimentos fermentados
Podemos dividir los alimentos fermentados en dos grupos:

1) Los que contienen microorganismos vivos cuando se consumen: yogur, kéfir, chucrut crudo, etc.
2) Aquellos que no contienen microorganismos vivos cuando se consumen: pan de masa madre, tempeh, alcohol (como la cerveza y el vino), así como el chocolate.

La fermentación no sólo da a los productos una textura y sabor únicos, sino que también puede mejorar su valor nutritivo y su digestibilidad de muchas formas. La fermentación produce vitaminas, antioxidantes y moléculas que pueden reducir la presión arterial y la inflamación. Por ejemplo, las bacterias del ácido láctico (BLA) se han utilizado durante mucho tiempo para producir alimentos fermentados, como el yogur o el kéfir. Se sabe que estas bacterias mejoran la digestión de la lactosa. Así mismo, se ha reconocido científicamente que algunas bacterias tienen propiedades probióticas.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre los alimentos fermentados y los probióticos?

Como hemos afirmado al principio, ni todos los alimentos fermentados son probióticos, ni todos los probióticos forman parte del grupo de alimentos fermentados. Hay alimentos fermentados que contienen probióticos, es decir, bacterias beneficiosas que viven en el intestino y mejoran la salud general del organismo. Pero también hay alimentos fermentados que no los contienen. Para que un microoganismo pueda considerarse un probiótico debe cumplir una serie de características:

Debe ser un microorganismo no tóxico, libre de efectos adversos y que no cause infecciones
Necesariamente resistente a la destrucción tecnológica (calentamiento, etc.) y permanecer estable durante la vida útil del producto.
Tiene que haber pasado por un estudio de calidad que demuestre su eficacia en las personas. La OMS es la organización responsable de determinar si un alimento o bacteria es un probiótico o no (CONFIRMAR)

Los probióticos son microorganismos que se toman con alimentos y que consisten en bacterias productoras de ácido láctico (como lactobacilos, lactococos y bifidobacterias), descubiertos por científicos especializados en Ciencias de la Salud tras un proceso largo y metódico de investigación en el laboratorio. Cumplen los 3 puntos citados anteriormente y deben ser certificados por un organismo competente a nivel mundial (la Organización Mundial de la Salud) para poder considerarlos como tales.

Para concluir, podemos afirmar que tanto los alimentos fermentados como los probióticos son una buena adición a nuestra dieta. Nos ayudarán a mantener una microbiota sana y diversa, lo cual redundará en beneficios para nuestra salud general.